CIBERATAQUES A EMPRESAS: EVOLUCIÓN Y RETOS PARA 2025

Los ciberataques a empresas no son fenómenos nuevos. Sin embargo, en los últimos años su naturaleza, alcance y sofisticación han evolucionado drásticamente. En este artículo haremos un repaso de su evolución desde aquellos primeros ciberataques de los 90, las razones tras su crecimiento, y lo que podemos esperar de este 2025 en materia de ciberseguridad.

Imagen cortesía de Teknofilo
  • Década de 1990. Los primeros ciberataques y vulnerabilidades simples.
    En los 90 las empresas aún no consideraban la ciberseguridad como una prioridad, lo que las hacía vulnerables a ataques relativamente simples. Generalmente eran realizados por hackers individuales con el objetivo de interrumpir servicios o robar datos básicos.
  • Década de 2000. El auge de virus, gusanos y ataques masivos.
    Con la proliferación de Internet empezamos a ver otro tipo de ataques como los virus y gusanos informáticos que se propagaban rápidamente y afectaban tanto a empresas como a usuarios individuales (ej. «ILOVEYOU» o «Melissa»). También surgieron los primeros ataques dirigidos a infraestructuras críticas.
  • Década de 2010. El cibercrimen organizado y ataques patrocinados por estados.
    En esta década el cibercrimen se consolidó como una industria muy lucrativa. Grupos organizados comenzaron a utilizar malware sofisticado, ransomware y técnicas avanzadas de phishing. Surgieron también los ataques patrocinados por estados. Esta profesionalización del cibercrimen trajo consigo un aumento en los costos de ciberseguridad para las empresas.
  • 2020 en adelante. Inteligencia artificial y amenazas hiperpersonalizadas.
    En la actualidad, los ciberataques son más específicos y dirigidos. Los hackers utilizan inteligencia artificial, big data y estrategias de doble o triple extorsión, que implican rescates por liberar datos, no publicarlos o destruirlos.

  1. Digitalización masiva: aumento de la superficie de ataque.
    La dependencia de la nube y de las herramientas digitales incrementaron la superficie de ataque de las empresas. A su vez, a medida que más compañías migran a la nube, la protección de datos sensibles se vuelve esencial para prevenir brechas de seguridad.
  2. Crecimiento del volumen de datos: un objetivo atractivo para los hackers.
    Con más datos almacenados, los atacantes tienen mayor incentivo para robar o interrumpir operaciones.
  3. Riesgos en ecosistemas interconectados: la amenaza de la cadena de suministro.
    Las cadenas de suministro y los sistemas interconectados han hecho que un ataque dirigido a un proveedor afecte a múltiples empresas. Estos ciberataques puede comprometer a toda la red de socios, lo que resalta la necesidad de auditorías de ciberseguridad en la cadena de suministro.
  4. Motivaciones detrás de los ciberataques: más allá del dinero.
    Además de objetivos económicos, ahora los ciberataques también tienen motivaciones políticas, estratégicas o ideológicas.

1. Ransomware: la evolución de las tácticas de extorsión digital

El ransomware continuará siendo una amenaza significativa, con tácticas más agresivas y, sobre todo, más personalizadas. Por ejemplo: ciberataques dirigidos a altos directivos con estrategias de doble extorsión.

¿Qué podemos hacer para mitigar el riesgo?

Concienciación del personal: Capacitar al equipo en materia de ciberseguridad para identificar correos electrónicos y enlaces sospechosos.

Copias de seguridad: Realizar backups periódicos y almacenarlas de forma segura para facilitar la recuperación de datos en caso de ciberataque. También se recomienda implementar un plan de respuesta ante incidentes y realizar pruebas regulares para garantizar su eficacia.

Actualizaciones constantes: Mantener todos los sistemas y software actualizados para corregir vulnerabilidades que puedan ser explotadas.

2. Amenazas a dispositivos IoT: el talón de Aquiles de la seguridad empresarial

Este será sin duda uno de los principales caballos de batalla de 2025. La proliferación de dispositivos IoT ha ampliado la superficie de ataque, permitiendo a los hackers explotar vulnerabilidades para acceder a redes corporativas o interrumpir operaciones.

¿Cómo impedir que accedan a nuestras redes?

  • Contraseñas seguras: Establecer contraseñas robustas y únicas para cada dispositivo.
  • Segmentación de redes: Para reducir riesgos, las empresas deben implementar segmentación de redes y monitoreo continuo de dispositivos conectados.
  • Actualizaciones de firmware: Actualizar regularmente el firmware de los dispositivos para protegerlos contra vulnerabilidades conocidas.

3. Ciberataques potenciados por IA: la doble cara de la tecnología

La IA será clave para los ciberdelincuentes al crear ataques sofisticados, como phishing personalizado y malware automatizado, aumentando su efectividad.

¿Cómo utilizar la IA en nuestro favor?

  • IA defensiva: Adoptar soluciones de ciberseguridad basadas en IA para detectar y responder a amenazas en tiempo real.
  • Verificación de información: Establecer protocolos para autenticar la veracidad de las comunicaciones y datos recibidos.
  • Formación continua: Actualizar los conocimientos del equipo sobre nuevas tácticas.

4. Phishing y smishing en 2025: más sofisticados, más peligrosos

Las técnicas de phishing (a través de correos electrónicos) y smishing (mediante SMS) serán más convincentes y dirigidas, utilizando datos robados para personalizar los ataques.

¿Cómo evitar ataques de ingeniería social?:

Simulacros de phishing: Evaluar periódicamente la capacidad del personal para detectar intentos de phishing.

Filtros avanzados: Utilizar sistemas de filtrado que identifiquen y bloqueen intentos de phishing y smishing.

Autenticación Multifactor (MFA): Implementar MFA en todas las cuentas para añadir una capa adicional de seguridad.

5. Errores humanos y amenazas internas: el eslabón débil en ciberseguridad

Los empleados seguirán siendo uno de los elementos más frágiles en materia de ciberseguridad. Las amenazas internas, ya sean intencionales o accidentales, podrían provocar brechas de seguridad importantes.

Recomendaciones:

  • Políticas claras: Establecer y comunicar normas claras sobre el uso de dispositivos y el acceso a datos sensibles.
  • Monitoreo de actividades: Implementar sistemas que detecten comportamientos anómalos o no autorizados.
  • Capacitación: Ofrecer formación continua en ciberseguridad y concienciación sobre amenazas internas.

6. Ataques a la cadena de suministro: mitigando riesgos compartidos

Los ciberdelincuentes podrán infiltrarse en organizaciones a través de proveedores y socios comerciales, comprometiendo la integridad de las operaciones y la confianza.

Recomendaciones:

  • Evaluaciones de seguridad: Realizar auditorías de seguridad a los proveedores y exigir estándares de ciberseguridad adecuados.
  • Contratos sólidos: Incluir cláusulas de seguridad en los acuerdos con terceros que especifiquen las responsabilidades en caso de una brecha.
  • Control de accesos: Controlar y limitar el acceso de terceros a los sistemas y datos críticos de la empresa.

En resumen, el 2025 presenta desafíos importantes para la ciberseguridad empresarial. Adoptar un enfoque proactivo, invertir en tecnologías avanzadas y fomentar una cultura de seguridad dentro del equipo serán claves para mitigar estas amenazas y proteger los activos digitales.

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